La corrupción e impunidad
Víctor González Avelar.
ENTRADA.- La ley es muy clara y poco se presta a interpretaciones. El artículo 6º. de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos prevé: “La manifestación de las ideas no será objeto de ninguna inquisición judicial o administrativa, sino en el caso de que ataque a la moral, la vida privada o los derechos de terceros, provoque algún delito, o perturbe el orden público”. Por su parte el artículo 9 de la carta magna establece: “No se podrá coartar el derecho de asociarse o reunirse pacíficamente con cualquier objeto lícito… Ninguna reunión armada tiene derecho de deliberar”.
“No se considerará ilegal, y no podrá ser disuelta una asamblea o reunión que tenga por objeto hacer una petición o presentar una protesta por algún acto, a una autoridad, si no se profieren injurias contra ésta, ni se hiciere uso de violencias o amenazas para intimidarla u obligarla a resolver en el sentido que se desee”.
 SOPA.- De la simple lectura de la Constitución se desprende que las manifestaciones, marchas y protestas que vienen realizando la CNTE y organizaciones fantasmas que la apoyan, son fuera de la ley y, además, tipifican una serie de delitos previstos en el Código Penal Federal tales como: Artículo 130. “Se aplicará la pena de seis meses a ocho años de prisión y multa hasta de diez mil pesos, a los que, en forma tumultuaria sin uso de armas, resistan o ataquen a la autoridad para impedir el libre ejercicio de sus funciones con alguna de las finalidades a que se refiere el artículo 132.”
PLATO FUERTE.- Artículo 132.- “Se aplicará la pena de dos a veinte años de prisión y multa de cinco mil a cincuenta mil pesos a los que, no siendo militares en ejercicio, con violencia y uso de armas traten de:
I.- Abolir o reformar la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos;
II.- Reformar, destruir o impedir la integración de las instituciones constitucionales de la Federación, o su libre ejercicio; y
II.- Separar o impedir el desempeño de su cargo a alguno de los altos funcionarios de la Federación. Reformar, destruir o impedir la integración de las instituciones constitucionales de la Federación, o su libre ejercicio; y
III.- Separar o impedir el desempeño de su cargo a alguno de los altos funcionarios de la federación…”
Y así podríamos seguir hasta el infinito exhibiendo todos los delitos que han venido cometiendo abiertamente y frente a todo el país, los dirigentes de la CNTE y sus adláteres. Las autoridades federales y locales saben de todo esto perfectamente, pero se niegan a aplicar simplemente la ley (con todas las consecuencias que ello implicaría), pero aplicarla.
Se festinan las nuevas leyes y sistemas contra la corrupción e impunidad, pero los noticieros de TV nos informan todos los días y de manera machacona, cómo el imperio de la impunidad y la corrupción reina en este país. Y es que al violador de la ley no se le aplica el código penal y esto es una de las maneras más siniestras de la corrupción.
POSTRE.- Pero lo que más irrita a nuestra sociedad, es que exista una clase de mexicanos que sí pueden impunemente incendiar edificios y oficinas del gobierno, quemar archivos públicos, cerrar autopistas y robarse las cuotas de peaje, bloquear calles y avenidas, secuestrar camiones y quemarlos, destrozar propiedades de particulares o saquear supermercados sin que nada les pase. Todo esto mientras el gobierno federal agarrado de los “estos”, sigue con su “diálogo” con sordos y mal intencionados.
DIGESTIVO.- ¡Ah, pero que no le falte a un pobre taxista un sellito, una calcomanía o un papelito! pues le secuestran el taxi y al corralón. ¡Cosa igual sufrirá el despistado ciudadano que circule con su vehículo un día prohibido, pues será tratado como criminal. Es de aquí de donde arranca la irritación y el mal humor de nuestra sociedad.
¿Hasta cuándo aguantará? |
